Tengo una extraña sensación que me incita a escribir y hoy no me dan ganas de escribir de lo mismo, de mi familia, de espiritualidad o de cómo crecemos y nos damos cuenta de cosas. Mucho tiempo me dediqué sólo a eso y dejé de lado otras cosas. Últimamente tengo otros intereses e inquietudes, intento despertar mi lado más crítico y justo, intento hablar desde mí misma con convicción y seguridad. Empecé a fijar mi mirada en lo que está a mi alrededor, en la contingencia, a los fundamentos que se reunen para luchar por algo, por algo justo, por algo ligado estrechamente a la tierra o a nuestro derecho a ser feliz. Creo que gran parte de responsabilidad la tiene mi novia que me ha mostrado su mundo y le ha dado un nuevo matiz a mi vida. Yo se lo agradezco tremendamente, porque hace tiempo que lo necesitaba. Me hacía falta alguien con quien compartir ideas, ideales, entablar discusiones, contrastar mi mundo, retroalimentarme, aprender a defender puntos de vista y a discutir (que también es necesario). En palabras resumidas dejar la pasividad y ser más proactiva.
Como verás mi amor, me ha hecho muy bien tu amor y tu linda compañía.
Gracias por enseñarme tantas cosas.